Tuesday, December 04, 2007

“De izquierdas”.

Últimamente estoy replanteándome bastantes cosas que siempre he dado por sentadas sobre el mundo en el que vivo. Y una de ellas es lo que significa ser de izquierdas y el estado de la izquierda en nuestros días.

A pesar de no conseguir identificarme con ningún partido político (al menos en España), siempre he tenido muy claro que mis ideas se correspondían más o menos con lo que hoy se toma por ser de izquierdas. Aunque para ser sincero, nunca me gustó demasiado lo de posicionarme ideológicamente de esa manera tan clara porque, dada la infantilidad de nuestro sistema político, si tú eres “de izquierdas” la gente ya asume que estás en contra de “los de derechas”. Y a mí esa visión de dos bandos, de blanco y negro y los buenos contra los malos me parece que guarda más relación con una película tipo Superman que con la realidad misma.

Es fácil entender por qué existen tantos escépticos hacia la política si observamos que en la mayor parte de casos, se reduce a esa visión bipolar de “o conmigo o contra mí”. El procedimiento es sencillo: se establece la existencia de dos bandos ideológicos, se les asocia a cada uno una serie de pautas de comportamiento e incluso estéticas y se clasifica según eso a la gente en dos grupos. Y se simplifica así hasta rayar en la estupidez algo tan infinitamente rico y complejo como es la ideología: los de izquierdas visten de tal forma, se comportan de tal otra, los de derechas de otra manera. Los de izquierdas votan al PSOE y los de derechas, al PP. Y lógicamente, hay una inmensa mayoría que ve todo esto y prefiere ni preocuparse por la política y no debe sorprendernos en lo más mínimo.

Los partidos políticos, lejos de intentar que esto no suceda, lo fomentan sin ningún tipo de remordimiento, después de todo, les favorece bastante que exista esta visión simplista de las cosas. Porque las masas habitualmente no siguen al que de verdad se molesta en explicar su ideología y elaborar un programa que realmente responda a las necesidades de los ciudadanos. Las masas van a los mitines como quien va al circo y espera un espectáculo, van a presenciar con morboso interés cómo un político despedaza verbalmente a su rival y los aplausos aumentan a medida que se sube el tono de los ataques. Por poner un ejemplo, el vídeo de las juventudes socialistas que escenificaba cómo una chica de aspecto normal dejaba por los suelos a un joven con flequillo y polo en un concurso sobre democracia a lo Pasapalabra. Porque claro, todos asumimos que el del flequillo es un “pijo” porque evidentemente viste como un pijo. Y todo el mundo sabe que los pijos están en contra de que las mujeres voten o no tienen ni la más remota idea sobre su constitución, claro, todo muy lógico. Y una vez más se reduce a todo a “los buenos ganan a los malos” (Y evidentemente, nuestro bando es el de los buenos!) y como no podía ser menos, los izquierdistas, con el imbécil de Pepe Blanco a la cabeza, encantados con el vídeo.

Abre uno el periódico y se encuentra con que ETA ha asesinado a sangre fría de dos tiros por la espalda a un guardia civil. Y un par de párrafos más abajo, que la “izquierda” abertzale se niega a condenar el atentado. Y la incoherencia entre ambos párrafos que salta a los ojos con la intensidad de un letrero luminoso. Me encantaría poder encontrarme con uno de esos “izquierdistas” y explicarle que en el manual del izquierdista de a pie que se compró no venía todo. Que no vale con cortarse el pelo a lo borroka, agenciarse camisetas del Che, llevar palestino, chupas de cuero y aprenderse un par de canciones de algún grupo de punk español. Que a todo eso le tenemos que añadir cierta ideología elemental y lo más elemental que tiene ser de izquierdas es respetar el derecho a la vida. Pero no, cogemos ese nacionalismo que básicamente gira en torno a la idea de que “mi pueblo es más bonito que el de al lado” y lo cubrimos todo con una capa de izquierdas. Sí, vale tío, nos le cargamos, pero estábamos haciéndolo por la libertad y la independencia del pueblo vasco y ¿qué es una vida humana en comparación con eso? Idiotas con el cerebro lavado que juegan a decidir quién vive y quién muere, eso son los etarras. Ni luchadores, ni héroes…ni mucho menos izquierdistas. Otegi tiene de izquierdista lo que yo de salesiano.

Y nos desplazamos hasta Cataluña donde los “republicanos izquierdistas” consideran que no hay mejor manera de protestar contra la Corona que quemar fotos del rey. En lugar de exponer razonadamente los motivos por los que (y estoy de acuerdo) España necesita quitarse la monarquía de encima, nos comportamos como energúmenos y prendemos fuego a unas fotos de papel. Que sí, que sé que mola mucho más, que es mucho más rebelde, que los aplausos a la salida del juicio por parte de vuestros camaradas republicanos (nada mejor que llevaros a juicio, así pudisteis pensar que erais unos héroes luchando contra el estado represor) hicieron que el resto mereciera la pena, pero parad un segundo. Y pensar en el flaco favor que nos estáis haciendo al resto, la imagen que estáis dando al mundo de la izquierda en España. ¿Sólo sabéis protestar quemando banderas y fotos? Pues tenéis edad suficiente para saber que hay formas mucho mejores. (Aunque quizás menos vistosas, claro)

Pero no hay que desplazarse a ningún sitio para ver cosas similares a esto. Basta con salir de casa un sábado por la noche y acercarte por la zona “izquierdista” para asistir a un espectáculo que se repite invariablemente, un grupo de personas cortadas por el mismo patrón estético que van a los mismos lugares, agitan el puño un par de veces, corean el estribillo de un par de canciones muy “izquierdistas” y se van a la camita con la sensación de haber hecho los deberes.

Y como izquierdista convencido, creo personalmente que ser de izquierdas es mucho más que eso. Ser de izquierdas es levantarte un día, abrir el periódico, leer que alguien ha muerto y ser incapaz de aceptarlo, ser incapaz de pasar página, olvidarse de todo, de ideas, de orgullos nacionales, de bandos y decir bien alto y claro que los muertes nunca están justificadas, que detrás de la máscara que cada uno tenga a bien ponerse existe invariablemente una persona. Y con independencia del “bando” en el que haya decido colocarse, su muerte siempre duele lo mismo. Ser de izquierdas es ser crítico consigo mismo, no pensar que porque salimos a gritar un par de consignas contra la guerra de Irak tenemos los deberes hechos, que nos queda mucho por hacer. Ser de izquierdas es como poco, ser tolerante, y no juzgar a todo aquel que lleve un corte de pelo o forma de vestir en concreto. Porque cuidado, si lo hacéis estáis pecando de lo que tanto acusáis a la derecha, de ser intolerantes y de despreciar a todo aquél que se salga de la norma. Y como izquierdistas, vosotros más que nadie deberíais dar ejemplo.

1 Comments:

Blogger XAdRiX said...

pero que bien escribe mi niño madreeeee!!! Un besazo y un me han gustao mucho tus líneas.
Fdo: una izquierdista, jeje!

9:59 AM  

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