Thursday, January 11, 2007

Update

Lo cierto es que entre tanta reflexión filosófica, prosa en verso y verso en prosa, se me está olvidando otra de las funciones del blog (sinceramente, la más normal) que es poneros al día de mis novedades....

Pero como me conocéis (o me vais conociendo) sabéis que incluso para hablar de mis novedades soy incapaz de no reflexionar un poco sobre mí mismo, un papel o pantalla en blanco supone para mí toda una tentación de llenarla de pensamientos y cosas sin sentido. (si darle al comecoco fuera disciplina olímpica, habría subido al podium unas cuntas veces)

Miro atrás...y me parece increíble que no hayan pasado más que 5 escasos meses desde que empezó mi nueva vida. Me advirtieron, y no pocas veces, del giro radical que pegaría todo a los 18. Fui consciente desde años atrás de que esta etapa no sería fácil...que todo se volvería más intenso...las desgracias, más terribles, pero las alegrías, mucho más duraderas...Y así he descubierto que no sólo sigo siendo el mismo sentimental de siempre, sino que ese sentimentalismo se ha acentuado poco a poco abrumándome en ocasiones...Solía ser muy indiferente hacia lo ajeno e incluso hacia ciertas cosas mías, pero eso ha cambiado...Me sorprendo a mí mismo paralizado de la emoción al escuchar una melodía, hechizado por completo al ver un paisaje, estremecido ante la desgracia ajena...Nunca me había costado tanto soportar a los prejuicios, tolerar las injusticias, callarme ante las estupideces...

Me miro al espejo y me veo ligeramente más alto, con la mandíbula un poco más ancha, con una mirada distinta, más serio pero a mi manera, mucho más contento. Mis ojos brillan bastante más y son aún más curiosos que antes...Experimento una especie de voracidad infinita hacia este mundo: cuanto más conozco de él, más quiero conocer. Ahora ya no siento ese optimismo descerebrado que me acompañaba al terminar 2º de Bach, ese sentimiento de que nada podía salir mal, que me ha llevado a estar desprevenido en varias ocasiones...

He conocido un poco más de cerca esa crudeza del mundo que permanece oculta excepto a los ojos del que busca algo más allá. La he conocido pero eso, por alguna extraña razón, no me ha debilitado o disuadido de mis intenciones, sino que he salido reforzado. Y sin embargo he conocido algo todavía peor que esa crudeza: la ceguera intencionada de muchos de nosotros. Eso ha sido sin duda un desengaño mucho mayor, pero necesario por otro lado para aceptar a este mundo por lo que es. Ahora mi mirada es quizás más calculadora, porque he conocido demasiadas dobles intenciones como para no sospechar, pero sigo conservando el brillo del que se sabe feliz, a su manera.

Me he propuesto un objetivo sin darme cuenta, y en estos meses lo he perseguido con bastante persistencia: comprender. No quiero cegueras que me libren de ver lo que odio ver, quiero verlo todo, lo bueno y lo malo, quiero conocer un punto de vista, y el de enfrente, no quiero disfrazarme de nada ni de nadie, a pesar de que es fácil caer en esa tentación, no me quiero esconder detrás de marcas, de ideologías prefabricadas, de religiones, de modos de pensar...Cada vez me vuelvo más revoltoso cuando percibo una intrusión ajena, cuando me doy cuenta de que inconscientemente estoy actuando guiado por la mayoría, o cuando alguien me justifica algo porque es "lo que la mayoría hace" siento como si me pincharan en un costado...Sencillamente, quiero tener los ojos abiertos, mirar a las cosas de frente, y que entre todo. Y una vez dentro, yo ya elegiré a qué llamo "mío", con qué simpatizo, y qué detesto. Pero no hacerme juicios previos.

Dicho así, a oídos de alguno podría parecer que quiero convertirme en una persona fría que se guía únicamente por la razón, que contempla pero que nunca da un paso adelante y toma partido. Pues no, no es así como vivo, ni como quiero vivir. Sé que hay quien se siente a gusto en esa posición de espectador, pero yo no. Soy consciente de que las decisiones más impetuosas de mi vida han llevado a veces a los mayores desastres, pero sé que en ellas hay mucho de mí, y que si a veces no me arriesgara y diera un salto hacia el vacío, no sería yo mismo. Antes de sufrir verdaderamente como lo he hecho este año, me era muy fácil hablar de "arriesgarme" y "lanzarme" porque no había vivido aún las consecuencias nefastas que tiene eso a veces. Y sin embargo ahora sí que cuento con eso a mis espaldas. Y eso sigue sin disuadirme: hay que arriesgarse.

En nuestras vidas hay una rutina común, muchos días monótonos en los que repetimos un patrón, que hacen que nuestra vida se parezca peligrosamente a la de cualquiera. Son esos momentos en los que, sin saber por qué, el instinto nos grita al oído que debemos hacer algo, son esos momentos brillantes y fugaces, esas decisiones difíciles y que chocan, las que marcan la diferencia con el resto de personas. Las que nos hacen ser como somos y las que hacen que el resto merezca la pena. Y aquellos que no sólo no se arriesgan jamás, sino que increpan a los demás por hacerlo llamándoles idealistas o inconscientes, saben muy bien si miran hacia su interior que están proyectando en los demás fracasos propios. En esta línea, he de decir que conociendo a alguien últimamente, he notado que dentro de poco esta historia me exigirá dar uno de esos saltos. Y al mirar hacia dentro, me he dado cuenta feliz de que estoy preparado para darlo.

No soy partidario de caminos ya marcados por otras personas, aborrezco a los que, responsables de vidas de otros, padres, educadores, religiosos, políticos, trazan un camino y obligan más o menos sutilmente a otros a seguirlo. Tomar tu propio camino siempre será mucho más difícil, porque en el momento que surja una desviación no tendrás ninguna señal externa que te guíe, tendrás que detenerte y pensar. Pero con el tiempo uno nota que a falta de principios, normas, leyes externas, uno está creando las suyas propias, a base de una mezcla de intuición y razonamiento. Y eso es lo que yo estoy intentando...consciente de que esta tarea va para largo, pero consciente de que alcance lo que alcance, siempre será más valioso que si me hubiera dejado en manos de otros.

En resumidas cuentas...y hé aquí la máxima principal para mí: aceptar lo que no puedo cambiar, cambiar lo que no puedo aceptar!

Un abrazo!

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Muchas veces hay q tomar deciciones a medio camino y pueden ser muy duras. Pero no importa...
Es verdad q uno con los cambios se vuelve más sentimental...
Y otra cosa, no te calles, di lo q piensas, sólo así te distinguirás entre todo el resto de multitud, la cual se deja llevar...
Y no dejes de llenar esos papeles en blanco q a mi me gusta leer lo q escribes... :-)

3:44 PM  
Blogger XAdRiX said...

Me gusta tu conclusión mucho, acepta lo que no puedas cambiar y cambia lo que no puedas aceptar. Espero que consigas todo lo que te propones y que has expuesto en este texto, pero a mi me parece que es demasiado dificl salirse del papel de espectador pasivo de la propia vida, con lo que no quiero decir que no lo puedas conseguir, sino que será digno de elogio si lo consigues.
Un besin niño.

11:38 AM  

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